El verano es sinónimo de diversión, sol, actividades al aire libre… pero también de calor, así que pensé que sería una buena idea hacer un resumen de las cosas que debemos hacer para mantener a salvo a nuestros perros de las altas temperaturas.
Nunca dejes a tu perro en el coche
¡La temperatura dentro de un coche estacionado, aún con las ventanillas bajadas, en un día con 24°…puede subir hasta 46°!
En poco más de 10 minutos una mascota puede sufrir un golpe de calor, y en menos de 20 ser mortal.
Cuidado con las almohadillas
Cuando salgas a pasear, evita las superficies calientes como el asfalto o la arena… no solo puede quemar sus patas, sino también aumentar su temperatura corporal y acelerar un golpe de calor.
Trata de pasear por zonas con césped o arboladas, salir en las horas más frescas del día, y comprobar la temperatura del suelo con ‘la regla de los cinco segundos\’, apoyada por veterinarios, que consiste en mantener el dorso de tu mano sobre la calzada durante este tiempo y ver si te quemas.
Mantén a tu perro hidratado
La hidratación es una de las claves más importantes para mantener a salvo a nuestros perros en los días calurosos, lleva siempre contigo un bebedero portátil con agua fresca en los paseos y procura que tenga siempre agua limpia y fresca en casa.
A pesar del mito en contra de dar a tu perro cubitos de hielo, los veterinarios están de acuerdo en que es completamente aceptable… en mi casa los relleno de fruta o con yogur… y Agas y Blue pasan un ratito entretenido mientras se refrescan!
Pero no les dejes beber del mar, ríos o piscinas, puede causarles deshidratación y vómitos… y si ingieren lo suficiente puede ser fatal.
Protégele del sol directo
A pesar de su pelaje protector, los perros también pueden sufrir quemaduras solares, especialmente aquellos con pelo corto o de color claro, por lo que durante los paseos, asegúrate que tenga acceso a sombra con la mayor frecuencia posible.
También puedes cubrir su piel y pelaje con un protector solar UV especial para perros, para prevenir quemaduras… y si vas a cortarle el pelo, consulta antes con su peluquera, ya que no siempre es apropiado … depende del pelaje de tu perro!
Disminuye su nivel de ejercicio
Evita las actividades intensas durante los días extremadamente calurosos y acorta los paseos.
También puedes buscar juegos simples para mantenerle ocupado en casa, y, si tu perro tiene sobrepeso, asegúrate de facilitarle la actividad física.
Seguridad en el agua
Solo porque los perros saben nadar instintivamente, no significa que sean buenos nadadores… supervísale en todo momento, es posible que necesite tu ayuda.
Y, ten cuidado con el tiempo que pase jugando en el agua, ya que la ingesta masiva de agua, sobre todo en perros pequeños, podría acabar con su vida.
Adiós a los parásitos
Las garrapatas y los mosquitos están en su apogeo en el verano… consulta con tu veterinario sobre los antiparásitos adecuados para tu perro y según la zona donde vivas.
Haz una revisión minuciosa de vez en cuando por toda la piel de tu perro en busca de garrapatas… los míos se relajan, disfrutan del manoseo y agradecen enormemente que les libere de cualquier intruso!
¿QUÉ HACER ANTE UN GOLPE DE CALOR?
Los síntomas iniciales son jadeo pesado, babeo excesivo, problemas de equilibrio y encías de color rojo brillante, y pueden evolucionar en respiración forzada y ruidosa, encías blancas, vómitos y letargo.
Si sospechas que tu perro puede estar sufriendo una insolación, debes acudir al veterinario cuanto antes, aunque estos primeros auxilios pueden serte útiles en los primeros minutos para ayudar a que su temperatura baje.
– Si está en algún lugar cerrado donde la temperatura es elevada, trasládale en brazos a una zona donde haga menos calor, a la sombra, y ponle sobre una toalla húmeda o manta refrigerante.
– Mójale con agua fresca, nunca con agua helada. Puedes pasarle toallas húmedas por las patas, torso, cuello y cabeza… sin cubrirle por completo, y abanicarle.
– Humedécele la boca pero no le fuerces a beber.
– Pasa un cubito de hielo por sus axilas, ingles y nuca.
– Masajea la parte inferior de sus patas para favorecer la circulación.
En cuanto respire bien y parezca recuperarse… ¡Rápido al veterinario!
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